Caso HealthSouth Corporation
En el año de 1984, Richard M. Scrushy fundó Delaware la compañía Amcare Inc, la cual sería nombrada en 1995 como HealthSouth Corporation y que se convertiría en el proveedor más grande de servicios de salud en los Estados Unidos.
Esta empresa se hizo pública en el año 1986 y comenzó a cotizar en la Bolsa de Valores NASDAQ. Para los inversionistas, HealthSouth representaba la mejor opción de los cuidados administrados por corporaciones, debido a que era una empresa con fines de lucro altamente exitoso que no sacrificaba la calidad del cuidado de los pacientes. Sin embargo, en marzo de 2003, Richard Scrushy fue acusado de cometer fraude por la Comisión de Valores de EEUU. Dicho fraude consistía en la falsificación de los reportes de las ganancias de la compañía durante décadas, con el único objetivo de cumplir con las expectativas de los inversionistas y así, poder controlar el precio de la acción. Se estimó que las ganancias de HealthSouth fueron falsamente infladas por $1.4 millones.
Poco tiempo después, salió a la luz uno de los fraudes contables más grandes en la historia de los cuidados de la Salud de los EEUU. Como consecuencia, la Bolsa de Valores de Nueva York interrumpió la negociación de las acciones de esta compañía y estas se desplomaron al precio de $0.10 por acción.
En este caso se puede encontrar una variable de intensidad moral, llamada inmediatez temporal, la cual viene a ser la función del intervalo de tiempo que hay entre el momento en que ocurre la acción y el inicio de sus consecuencias. Esto quiere decir que, cuanto más tiempo haya entre la acción y sus consecuencias, menor será la intensidad moral que sientan las personas. Fue justamente esto lo que ocurrió con Richard Scrushy y los ejecutivos de HealthSouth, quienes decidieron cometer diferentes actos de fraude, para hacer crecer sus ganancias y crear una imagen de empresa rentable. Sin embargo, como creyeron que las consecuencias de este fraude no serían descubiertas en el corto plazo, la intensidad moral que sintieron al tomar esta decisión, fue muy poca. Todo esto terminó muy mal para Scrushy y sus ejecutivos, ya que tuvieron que responder ante la ley y, en la actualidad, aún cumplen condenas de prisión por su participación en el engaño.
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